Etapas de la vida

Infancia y Adolescencia

La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo físico, emocional y social, en la que los hábitos alimentarios pueden marcar la diferencia a largo plazo. En esta sección encontrarás contenidos basados en evidencia científica que te ayudarán a orientar a adolescentes y familias en torno a una alimentación equilibrada, adaptada a sus necesidades específicas.

Desde el papel de los nutrientes esenciales hasta estrategias prácticas para fomentar una relación saludable con la comida, este espacio está pensado para ayudarte, como profesional de la salud, a acompañar con rigor y cercanía esta etapa de cambio.

Materiales para pacientes: infancia y adolescencia

Materiales educativos para infancia y adolescencia

Hemos preparado recursos descargables gratuitos para ayudarte en tus consultas con pacientes en edad infantil y adolescente. Son materiales de educación nutricional y sobre hidratación, diseñados específicamente para profesionales de la salud.

Úsalos para apoyar tus explicaciones, reforzar mensajes clave y fomentar hábitos saludables desde las primeras etapas de la vida.

Puedes encontrarlos filtrando por la etiqueta “infancia” en la sección de materiales.

Preguntas frecuentes

1. ¿Cuál es el mejor momento para intervenir en la formación de hábitos alimentarios en la infancia y adolescencia?

Los primeros 2.000 días de vida (desde la gestación hasta los 5 años) son fundamentales para establecer preferencias, patrones y comportamientos alimentarios que influirán en la salud a largo plazo. La adolescencia también constituye una ventana importante para reforzar o modificar estos hábitos, dada la gran plasticidad en esta etapa.

Si quieres auyudar a los más pequeños a aprender sobre aliemntación equilibrada, puedes descargar el material  "Juego: Crea tu plato de comer saludable"

2. ¿Qué nutrientes esenciales deben priorizarse en la alimentación del adolescente y cómo asegurar su adecuado aporte?

Durante esta etapa de rápido crecimiento, son esenciales proteínas, hidratos de carbono, hierro, calcio, vitamina D y vitamina B12. La alimentación debe ser variada, equilibrada y adaptada a la edad, apetito y nivel de actividad física. Es clave respetar las señales de hambre y saciedad, promover hábitos saludables desde el entorno familiar y limitar el consumo frecuente de productos altos en azúcares, grasas y sal.

Puedes aprender más sobre este tema en el artículo: La Alimentación en la Infancia y la Adolescencia: Guía para Profesionales de la Salud

3. ¿Qué enfoque es más eficaz para mejorar la relación con la comida en niños y adolescentes?

Un enfoque positivo y no restrictivo, centrado en la variedad, la exploración y el respeto por las señales de hambre y saciedad. La alimentación debe ser una experiencia placentera, evitando que se convierta en fuente de conflicto, control o ansiedad.

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