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Los recién nacidos tienen un porcentaje de agua en su cuerpo del 70-75 %, el cual va disminuyendo durante el crecimiento y la madurez hasta llegar al 50-60 % en los adultos (1,2).
La cantidad de agua que ingerimos a lo largo de las diferentes etapas de nuestra vida debe garantizarnos siempre una correcta hidratación. La deshidratación es más frecuente en los niños, donde existe una mayor área de superficie corporal en relación con el peso que en el adulto, siendo los lactantes los más susceptibles. Los vómitos y las diarreas son dos de las principales causas de deshidratación tanto en bebés como en niños pequeños (3).
La gastroenteritis (GE) es una infección que provoca un aumento del número de deposiciones, que acostumbran a ser blandas, denominado diarrea. Por lo general, vómitos, fiebre y dolor abdominal también van asociados a la GE (4).
La gastroenteritis aguda (GEA), según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) es la “reducción de la consistencia de las evacuaciones (líquidas, semilíquidas) y/o un incremento en la frecuencia de las mismas (>3 en 24 horas), pudiendo acompañarse de fiebre y/o vómitos”. La diarrea aguda típicamente dura <7 días y no >14 días (5).
En Europa, el agente causal de GEA más frecuente es el rotavirus, y suele ser la causa más frecuente en menores de 2 años. Las bacterias más detectadas son Campylobacter jejuni (la más frecuente en mayores de 5 años) y Salmonella spp, seguidos de Shigella spp, Aeromona spp, Yersinia spp y E. Coli. Los parásitos también pueden causar GEA con tendencia a producir episodios más prolongados de diarrea; los más frecuentes en nuestro medio son: Cryptosporidium y Giardia (5).
Fuente: De la Flor, J. Gastroenteritis aguda.
La diarrea se suele producir cuando el volumen de agua y electrolitos que llegan al colon excede su capacidad de absorción, eliminándose de forma aumentada por las heces. La causa puede ser un aumento en la secreción y/o una disminución de la absorción a nivel de intestino delgado, o con menos frecuencia, a una alteración similar a nivel de colon. Ambas alteraciones son secundarias a la afectación intestinal provocada por la interacción entre el agente infeccioso y la mucosa intestinal (6).
Los antibióticos (ATB) están indicados en pocos casos de GEA bacteriana. Y no existe ningún tratamiento específico para la GEA, así que el objetivo es la prevención y el tratamiento de la deshidratación. Las soluciones de rehidratación oral (SRO) constituyen el principal tratamiento para los niños con GEA (7).
Las recomendaciones (6) de actuación en nuestro país (según la evidencia científica), para menores de 5 años con un cuadro de diarrea aguda y sin enfermedades de base, son las siguientes:
La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) también recomienda reiniciar la lactancia materna o la dieta habitual de forma precoz, adaptando la dieta a la edad del niño y no restringir alimentos ni diluir en mayor medida los preparados infantiles.