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La diabetes mellitus (DM) es un trastorno metabólico crónico que se caracteriza por la presencia de hiperglucemia, es decir, niveles elevados de glucosa en sangre. Esta condición se desarrolla como resultado de defectos en la secreción de insulina, en la acción de la insulina, o una combinación de ambos (1).
La insulina es una hormona crucial producida por el páncreas que permite que la glucosa de los alimentos ingrese a las células del cuerpo para ser utilizada como energía. Además, es fundamental para el metabolismo de las proteínas y las grasas (1–5).
Debido a la falta de insulina o la incapacidad de las células para responder a ella, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo lo que deriva en altos niveles de glucosa en sangre (hiperglucemia), el cual es un indicador clínico de la diabetes que puede causar a una serie de complicaciones de salud más graves (1–5).
En España, la diabetes es un importante problema de salud, con una prevalencia en aumento. Según el Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID) publicado en 2021, 5,1 millones de adultos en España(entre 20 y 79 años) viven con diabetes, lo que supone una prevalencia del 10,3% (3). Sin embargo, el estudio Di@bet.es, que se centró en la diabetes tipo 2, encontró una prevalencia aún mayor del 13,8%, una de las tasas más altas de Europa (6).
Estos datos sugieren que la diabetes es una enfermedad muy extendida, y es probable que el número de casos siga aumentando en el futuro. Por ello, es importante destacar la necesidad de dotar de herramientas a los profesionales de la salud para mejorar la prevención, el diagnóstico y el manejo de la diabetes para reducir su impacto en la salud pública (3).
Comprender los diferentes tipos de diabetes es esencial para un manejo adecuado de la enfermedad. La clasificación de la diabetes ha evolucionado a lo largo de los años, y en la actualidad, la American Diabetes Association (ADA)referente en esta patología, ha establecido los estándares de clasificación y criterios diagnósticos que se basan en la etiología y la fisiopatología de la enfermedad (1).
Diabetes Tipo 1 (DM1)
Se caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas (células β), responsables de la producción de insulina. La falta de insulina lleva a una incapacidad para metabolizar la glucosa, resultando en hiperglucemia. Esta destrucción lleva a una deficiencia absoluta de insulina, lo que hace que el tratamiento con insulina exógena sea indispensable para la supervivencia. La DM1 generalmente se diagnostica en niños y jóvenes, pero también puede presentarse en adultos (1,4,5,7,8).
La DM1 se subclasifica en:
Aunque muchos factores genéticos han sido implicados en el desarrollo de la DM1, en los últimos años se ha evidenciado que los factores ambientales pueden estar involucrados, tales como: infecciones virales, estacionalidad, dieta, vitamina D, entre otros (4,5).
Diabetes Tipo 2 (DM2)
Es la forma más común de diabetes, representando aproximadamente el 90-95% de todos los casos (3). Se caracteriza por la pérdida progresiva no autoinmune de la secreción de insulina de las células β del páncreas debida a dos motivos:
La DM2 frecuentemente pasa desapercibida pudiendo permanecer sin diagnosticar durante años, ya que la hiperglucemia se desarrolla gradualmente y no es suficientemente severa para presentar sintomatología, pero sí puede causar cambios fisiopatológicos y funcionales en diferentes tejidos, lo que incrementa el riesgo de desarrollar complicaciones vasculares de la enfermedad (1,4,9).
Comúnmente diagnosticada en adultos, aunque cada vez más se diagnostica en jóvenes, generalmente se asocia una combinación de factores demográficos, hereditarios y ambientales que afectan al estilo de vida, alimentación, falta de ejercicio y aumento de obesidad (1).
Otros Tipos Específicos de Diabetes
Existen otros tipos específicos de diabetes que se deben a causas menos comunes como: defectos genéticos en la función de las células beta, enfermedades del páncreas exocrino, endocrinopatías, síndromes genéticos, fármacos o sustancias químicas, e infecciones (4,5,11,12).
Algunos ejemplos son:
Diabetes Gestacional (DG)
Es un tipo de diabetes que se diagnostica durante el segundo o tercer trimestre del embarazo y que generalmente desaparece después del parto. Se caracteriza por una intolerancia a la glucosa que se desarrolla debido a la resistencia a la insulina inducida por las hormonas del embarazo. Las mujeres diagnosticadas tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro (1,13–15).
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Las señales de advertencia de la diabetes pueden ser sutiles al principio y a menudo pasan desapercibidas, sobre todo en etapas iniciales de la enfermedad. Los síntomas más comunes de los diferentes tipos de diabetes incluyen (1):
La diabetes tipo 1, también puede manifestarse con fatiga, irritabilidad, cambios de humor y/o cetoacidosis diabética. Los síntomas, en algunos casos pueden pasar desapercibidos y causar cambios patológicos debido a los niveles elevados de glucosa mantenidos durante mucho tiempo antes del diagnóstico (1).
El diagnóstico de la diabetes mellitus se basa en la detección de la hiperglucemia. Esta medición se realizará ante la sospecha, por parte del equipo de profesionales de la salud, de que la diabetes puede ser la causa de los síntomas que se presentan, cuando estos se manifiestan, o como parte de programas de cribado a los grupos de riesgo (embarazadas, antecedentes familiares, personas con sobrepeso u obesidad, etc.) El procedimiento diagnóstico generalmente incluye (1,5,16–18):
Los principales expertos recomiendan que el tratamiento de la diabetes sea individualizado en función del tipo de diabetes y las características del paciente. El objetivo principal es controlar y mantener dentro de rango los niveles de glucosa en sangre. Para ello, una vez diagnosticada la diabetes, es necesario seguir un control adecuado de la patología que basa en el equilibrio de tres factores: la alimentación, el ejercicio físico regular y los fármacos(necesarios en DM1, ciertos casos de DM2 y algunas gestantes con diabetes gestacional) siendo imprescindible que la persona con diabetes y su familia aprendan a conocer estos factores y cómo se relacionan entre sí (1,4,5,16,19,20).
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La diabetes mellitus es una condición compleja que requiere un enfoque integral y multidisciplinario para su manejo. La formación de los profesionales de la salud en este ámbito, el empoderamiento de los pacientes a través de la educación sobre el automanejo y la implementación de estrategias de prevención son cruciales para mejorar los resultados, reducir las complicaciones y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con diabetes (1,4,5,16,20).
Federación Española de Diabetes (FEDE). Diabetes [Internet]. 2025 [citado 7 de enero de 2025]. Disponible en: https://www.fedesp.es/portal/diabetes/#cuidado-tratamiento-sintomas-diabetes